Eran
las tres de la madrugada, e Iván seguía fuera. No era algo de lo que
preocuparse, su madre le dejaba hasta las cuatro y algo. Caminaba hacía su casa
con Alicia de la mano, permanecían en silencio, pensando en muchas cosas. Le
había pedido a Alicia que se quedara a dormir a su casa, tenía miedo de
recordar más cosas, y necesitaba compartir sus pensamientos con alguien. Quien
mejor que ella para escucharle y ayudarle.
Como él
había supuesto no le iba a fallar. Llamó a su madre diciendo que iría a dormir
a casa de una amiga. Se portaba muy bien con él, y le dolía pensar lo que había
dicho de ella cuando no la recordaba.
Cuando
llegaron a la casa, entraron en silencio y sin hacer ruido, para no despertar a
nadie. El cuarto de Iván estaba más alejado que el de los demás. Tal vez eso
acabara siendo una suerte.
Con la
persiana levantada y los rayos de la luna iluminando su rostro, Alicia, era
increíblemente preciosa. La acarició, y secó el camino de lágrimas que le
habían circulado por la mejilla. No quería verla triste, y menos por él. La
besó otra vez, con timidez y cariño, y se quedaron abrazados.
Al rato
Alicia se separó y le pidió un pijama. Era algo tarde para ir a la habitación
de Sara a por uno, así que le dejó una camiseta grande suya. Ella la olió antes
de ponérsela, y sonrió para sus adentros, luego fue al baño a cambiarse y
asearse. Él se cambió rápidamente y sacó su álbum de recuerdos, Alicia podía
decirle muchas cosas. Con todo su valor miro las fotos del 2009. Le llamó la
atención que Diana siguiera en esas fotos ¿Cuánto estuvo con ella? Seguía
teniendo la misma pinta de engreído y estúpido. A todo esto Álvaro no salía casi
en las fotos, y en las que salía, estaba muy serio. ¿Qué pasaba aquí? Se
preguntó si realmente quería saberlo. Así estaba todo bien ¿para qué iba a
recordar a esa Diana? a lo mejor se volvía a enamorar de ella y tendría problemas
con Alicia, pero es que acababa de conseguirla, no podía hacerle eso…
Sintió sus
frías y suaves manos abrazándole por la espalda, y notó como presionaba sus
labios en su hombro desnudo. Espero un momento mientras un escalofrió le
circulaba por la nuca. Mierda, el álbum, demasiado tarde para que no lo hubiera
visto.
-¿Quién es
ella?- murmuró.
-Se
llama Diana ¿No la conoces?
Negó
con la cabeza, sin separar la vista de las imágenes.
-¿Era tu
novia?
Asintió.
La miró, pero ella seguía concentrada en sus pensamientos, ignorándolo.
-¿La
recuerdas?
Negó, y
cerró el álbum, se levantó con brusquedad y lo dejó en un estante. Ella se
levantó a abrazarle, y dejó que llorará en su hombro.
-Ali no
se qué ha pasado, no sé nada y me da miedo saberlo – le confesó- mi mejor amigo
no me habla, he sido incapaz de reconocer a la chica que me gusta, no se
quienes son mis amigos y ni siquiera sé si voy a poder recordarlo todo. Quiero
saber quién era Diana, y porque ya no es mi novia, pero no quiero que eso me
separe de ti, porque yo te quiero.
Alicia
le abrazó con más fuerza y lloró con él, compartiendo su angustia y su dolor.
-Te
prometo que haremos todo lo posible por recordar, y si no fuera posible
crearemos nuevos recuerdos imposibles de olvidar, y sabes que puedes contar
conmigo para todos ellos. Mira…
Sacó su
móvil del bolso, y empezó a buscar canciones. Conectó los auriculares y eligió
una pista. Música lenta, letra triste… ya la había oído antes.
-Me
suena
-Buena
señal, porque tras esta canción hay un recuerdo bastante divertido, y por mi
vida que tú solito vas a averiguar cuál es.
-No sé
de qué me hablas – le dijo con una sonrisa en la cara.
-Pues
tenemos todo el tiempo del mundo para que lo sepas – sonrió y bostezó cansada.
-Si eso
ya lo hablamos mañana princesa – la besó en la mejilla, y se taparon con la
misma manta.