RESPUESTAS DE LAS ACTIVIDADES

Aqui tenemos a los participantes de las Actividades propuestas:

- CARMEN GARCÍA.

Misterio.

Ya había entrado varias veces en aquella tienda pero siempre me volvía a sorprender. Allí se podía respirar magia, misterio, secretos… Aquellos estantes llenos de polvo y artefactos extraños, juegos ancestrales en idiomas desconocidos, piedras mágicas con supuestos poderes y frascos para guardar almas, todo en una clara oscuridad. Recorrí la tienda fascinada de nuevo, absorbiendo todo con la mirada. Cuando llegué al mostrador hice sonar la pequeña campanilla dorada. Sonó un ruido detrás del mostrador en la trastienda y al poco tiempo salió la arrugada anciana. Hoy llevaba una enorme bata granate y muchos pañuelos de distintos colores como adorno. De sus orejas colgaban sus característicos pendientes y en sus finos brazos tintineaban multitud de brazaletes. Parecía que su mirada me atravesaba desvelando mis secretos y miedos. 
 ¡Ya te lo dije yo! ¡Ja! Sabría que vendrías, sabía que finalmente reclamarías mis servicios- me dijo ella, divertida
 ¿Cómo sabes que vengo por eso?
 ¿Entonces me equivoco?
 No- admití
 Pasa conmigo a la trastienda. Ya lo tengo todo preparado desde hace mucho tiempo ¡Cómo nos vamos a divertir!
Detrás de las finas cortinillas que llevaban a la trastienda había una pequeña sala llena de polvo donde solo había una mecedora, una silla de aspecto incomodo y una mesa con un pintado con tinta escarlata.
Un escalofrío me recorrió la espalda, pero era demasiado tarde para tener miedo. Había sido muy difícil para mi tomar esta decisión, pues mi maestro Astran me había insistido en que no lo hiciera, me dijo que una vez sellado era imposible volver atrás, que era magia prohibida, secreta y oscura… Pero no podía dejar pasar esta oportunidad. Estaba harta de que me guiasen en mis propios pensamientos, de estar siempre insegura, de no tener nada claro; sabía que iba a ser duro, pero no podía seguir viviendo sin poder sentirle ni tocarle. 
- Siéntate- ella se reclino en la mecedora y señalo la silla de madera
Me senté. Tenía razón la silla era molesta y picaba pero no me quejé
- ¿Qué quieres?- me preguntó con media sonrisa
- Ya lo sabes – le respondí sombríamente
- Sí, pero quiero que me lo digas
- Quiero que revivas a Jack
- Ja, ja, ja, ja, pero ya sabrás que tiene un preció – se rió estrepitosamente
- Aja
- Un alma por un alma, la balanza no se puede desequilibrar. Tu sacas a Jack el mundo de los muertos tendrás que meter otra alma. Pero no cualquiera ya que no todas valen igual.
- ¿Cómo la consigo?- pregunte aunque ya sabía la respuesta
- Eres muy inocente ¿quieres traficar con muertos y no sabes lo más elemental? Astran no te ha debido enseñar muy bien... Excepto en casos excepcionales, como el tuyo, el alma no se separa del cuerpo hasta la muerte. Cualquier persona que se comunique con los muertos, lo debería saber.
- ¿Quieres que…?
- Si, claro si no eres demasiado débil
Fruncí el ceño. Yo no era débil.
- De acuerdo
- Piénsatelo bien, después ya no hay vuelta atrás
La hice caso y me tome unos minutos para reflexionarlo ¿De verdad me atrevería a matar? ¿De verdad le iba a quitar la vida a una persona? Pero a cambió tendría a mi lado a Jack, podría admirar sus ojos dispares, cogerle de la mano…
Hasta ahora solo me podía comunicar con el en mis sueños, cuando mi alma salía de mi cuerpo y pasaba al plano de los muertos, y ni siquiera entonces le podía tocar. Sabía lo que me diría el, sabía qué pensaría que no está bien arrebatarle la vida a alguien y mucho menos por él. Pero todo eso me daba igual, le quería mas allá de la vida y la muerte y no iba a dejar que esa barrera nos separase. Me convertiría en un monstruo, pero nada importaba mientras él estuviese a mi lado. 
- Si, lo tengo caro- le dije finalmente- ¿Pero qué alma va a ser?
- Ja, ja, ja, Eso ya no lo sé, tendremos que preguntar, pero primero tenemos que sellar el trato
- ¿Cómo?
- Con sangre. La tuya. No te preocupes no dolerá. ¿Seguro que quieres continuar? Después de esto no hay vuelta a atrás.
- Nunca he estado más segura de nada
- ¡Ja! Que empiece la fiesta
 MARINA GARCÍA

Hassasin traducido a nuestro idioma significa asesino, este es el nombre del tigre que ha matado a todo humano que se ha encontrado en su camino. Se dice que las rayas de su piel son naranjas como las llamas de un incendio, que sus fauces amenazadoras son como una cueva oscura que espera que te pierdas en su interior, que sus garras son tan afiladas como cuchillos y que su mirada penetrante es como un dardo que te atraviesa el corazón en una décima de segundo. Al matar es ágil como un gato, rápido como un rayo y silencioso como una serpiente en mitad del Amazonas. Pero si todo el mundo que lo ha visto ha muerto ¿quién cuenta esas historias?